lunes, 8 de diciembre de 2014

Un mes lleno de locura.

Antes de empezar, siento no haber escruto nada aquí desde hace un mes más o menos pero estuve demasiado ocupada. O lo que es igual: esta vez os vais a hartar de leer. En noviembre, en las dos primeras semanas no pasó nada importante, tan sólo que hicimos una especie de sesión fotográfica en familia, así que me las salto. 

Para que veáis que sigo viva


Voy a empezar las cosas por el día 25, martes, comienzo del Thanksgiving Break, o lo que es lo mismo, las vacaciones de Acción de Gracias. Pero antes, os voy a contra algo de mi instituto que la mayoría de vosotros no sabéis y que desearéis que os pase: dos martes al mes, intercalados, tenemos una cosa que se llama PLC Day. Eso significa que en vez de entrar a clase a las 8:10 como cada día y cada hora durar 50-60 minutos, entramos a clase a las 8:50 y todas las clases duran 30 minutos menos el 4 periodo, lo cual para mí es perfecto porque tengo coro.
Bueno, pues ese martes aún tuve clase pero una hora después de salir ya estaba en el coche preparada para ir con rumbo a Rochester, NY, donde vive la hermana de Robyn y donde pasaríamos esos días. Algunos estaréis pensando: "Oh, que suerte, Nueva York!!". Cuando fue más o menos algo como: "Oh, qué bien, más de 14 horas de coche y a la frontera con Canadá donde te mueres de frío:)" Pero la verdad, fue un viaje inolvidable.
Como son tantas horas de viaje y teníamos que cruzar unos cuantos Estados, acabamos cenando y durmiendo en Cleveland, Ohio. Que sí, que Ohio es es Estado de al lado de Indiana pero vamos, que nos hicimos unas seis horitas mínimo. 
Al día siguiente, volvimos al coche y seguimos el rumbo a Nueva York. No me enteré de mucho porque me pasé la mayor parte del tiempo durmiendo pero ibas viendo como los lados de la carretera estaban con no sé cuántos centímetros de nieve cuanto más te acercabas. Llegamos, y la tarde allí se basó en conocer a la familia y hablar con ellos. Aunque también con Rochelle, la hermana de Robyn (a quien amo, todo hay que decirlo), dos horas después de llegar y colocar todas nuestras cosas, hice galletas de chocolate. Y aquí los americanos tienen una tradición la cual admiro y pienso llevarme conmigo de vuelta a España: cuando haces galletas y sale una bandeja del horno, tienes que comerte una para ver si están bien y el resto de gente puede comerlas. Lo que más bien es: ya que cocino pues aprovecho y me las como. Me hago fan.
Pasemos al jueves! Por la mañana hice junto con Anna y Rochelle una casa de jengibre que más que casa parecía una mansión! Me lo pasé genial, de verdad. Que parece tontería, pero con cosas así también se llega a conocer más a la gente. 






Mi obra de arte moderno.

Y algo por lo que me empezó a caer incluso mejor Rochelle: (que conste que esto es un secreto, pero que quede entre nosotros eh!) cuando estábamos acabando de decorar la casita, sobraba uno de los muñecos de jengibre y ¿qué hizo ella? Lo calentó para que estuviera más blando, me puso helado de vainilla en un plato, y mmmmmmm, no sabéis lo rico que estaba eso de verdad. 

Bueno, pues por la tarde, después de comer, nos pusimos a jugar en familia a una cosa que se llama Apples to Apples. Es un juego en el que cada personas tiene 7 cartas rojas (en las que hay nombres de cosas, acciones y personas) y uno de los jugadores tiene una carta verde (que tiene un adjetivo), y hay que poner la carta roja que tienes que mejor crees le va la a la verde. El que tiene a carta verde decide cuál es mejor y el ganador. Es un poco difícil de explicar por aquí, yo sólo os digo que la que está escribiendo esto ahora mismo ¡¡es la tricampeona familiar!! Yo ya había jugado alguna vez en España así que estaba toda feliz. 

Ese día era el de Acción de Gracias por lo que antes de cenar el típico pavo, con puré de patatas y una cosa que se llama stuffing para acompañar el pavo, pues nos reunimos toda la familia en la cocina y dimos las gracias cada uno por cosas diferentes. Después a sentarse, ¡y a comer!

A la izquierda abajo está lo que se llama stuffing, arriba patatas dulces, a la derecha el puré de patata y el pavo.


El viernes (típico y conocido Black Friday en el que no pude comprar nada) era el último día que pasaría ahí y como la noche anterior Rochelle y yo planeamos lo que haríamos, fuimos a patinar a una pista, pero no sobre hielo, que eso lo puedo hacer aquí, sino a patinar sobre ruedas, como a mí más me gusta. Me lo pasé genial. 
Al volver a casa, hicimos con Anna galletas de azúcar y las decoramos con icing (para los que no lo sepáis, el icing es esa especie de masa de colores que decoran las galletas y a veces tartas). Y por supuesto, comprobamos que eran comestibles por el bien de la humanidad jajaja.



El sábado, emprendimos el viaje de vuelta a casa, pero en vez de ir por donde vinimos, fuimos atravesando Ontario, Canadá. Pero antes de eso, estuvimos un par de horas en el lado canadiense de las cataratas del Niagara. Fue una experiencia impresionante y un sitio aparte de frío, precioso. 







Hay cosas que no cambian












Bueno, esas horas de viaje en las que atravesamos parte de Canadá, aunque os parezca difícil, sobrevivimos son internet. No tenía sueño así que en la parte de atrás del coche, Alex, Anna y yo nos pusimos a jugar a Heads Up!. Es un juego en el que eliges categoría, te pones el móvil en la frente, y los que están contigo tienen que ayudarte a adivinar lo que pone en el móvil. Con esto tuvimos unas cuantas horas de diversión, sinceramente. Más tarde, cruzamos la frontera y llegamos a casa atravesando Michigan. Hay una cosa de la que me siento orgullosa (aunque no es la palabra que estaba buscando) y es que en tan sólo 5 meses (que justo hoy hacen que me fui de España) ya estuve en 10 de los 50 Estados de EEUU: Indiana (obvio), Illinois, Michigan, Ohio, Pennsylvania, New York, New Jersey, Virginia, West Virginia y Maryland. 

Pasamos a esta semana:

Si vierais mi agenda os asustaríais. Dejo eso como resumen de la semana. Aún así:

El lunes fue un día más o menos normal por lo que nos lo saltamos.
Martes. Aquí empieza la locura. Después de un día (casi) normal de clase, tocaba ensayar junto con todos los otros coros del instituto (Ladies Cadet Choir, Men Cadet Choir, Chamber Choir, Choralaires y Royalaires) y todas las bandas (que ya ni sé sus nombres porque son mil). Gracias a este ensayo nos perdimos las dos últimas horas de clase pero estuvimos en el instituto hasta las 6 de la tarde ensayando sin descanso, y dado que éramos más de 600 personas entre todos y el primer ensayo conjunto, os podéis imaginar el lío. El miércoles más de lo mismo, con la excepción de que tuvimos día normal de clase, y yo tuve reunión de un club antes así que me pasé en el instituto desde las 7:35 de la mañana hasta las 8:45 de la noche. Fue un ensayo larguísimo pero también tuvo sus partes divertidas.


El jueves y el viernes tuvimos los conciertos y podemos decir orgullosos que en el teatro del insti en el que caben más de 3000 personas, no quedaba una entrada sin vender para los dos días. Fueron noches geniales con amigos, música y espíritu navideño. Dos noches inolvidables, y que ojalá se pudieran repetir. Aquí nos tenéis a algunos de mi coro.


Laila, Cobby y Nikki y yo.


Algunos de Zionsville Chorale.
Billy, Nathan, Kelly, Alex, Maggie, yo, Laila, Elyse, Noah, Cobby, Nikki y Alex.


Alex, Katie, yo, Carly y Alex.


A night to remember


Angelina, Katie y yo.
Don't mess with ZC girls.



Mi querida Royalaire Carly.




También se me olvidaba decir que el jueves en psicología vinieron unos de una universidad de por aquí (IUPUI) y nos hicieron algunas pruebas. Yo durante un rato casi me muero del asco ya que tuve medio cerebro de alguien en mis manos. Que aunque estuviese con una capa de no sé qué para que estuviese duro y no se estropeara, era un cerebro de verdad y puaj. Ah,y según Emilia huele mal jajajajajaja. Después de tener esa cosa asquerosa en mis manos, vimos como el profesor examinaba otro cerebro, este tal cual, enterito y con agua cayéndole por todos sitios y cosas colgando y si ese día no me dio algo yo creo que ya no me da nunca. Fue interesante (asqueroso). Muy interesante (asquerosísimo) :))).



Después, hoy y mañana tengo cosas planeadas pero ¡tendréis que esperar un poco para saberlas!

Antes de acabar, me gustaría también que supierais algo:

No me arrepiento de haber venido este año a este país para estudiar, estoy aprendiendo mucho, no sólo inglés. Está resultando ser una buena experiencia en la que he conocido y estoy conociendo a muchísima gente. No sólo gente que ahora es como mi segunda familia, sino amigos que espero tener durante toda la vida. Aquí, en el blog, os cuento lo mejor de mi día a día, pero también tenéis que saber que no todo es de color rosa. Hay muchos momentos especiales en los que piensas "vaya, ojalá ____ estuviera aquí ahora para hacer ___ conmigo" o cosas así. Momentos en los que echas de menos hasta la comida que hace tu madre que más odias en el mundo. Hay días duros, días de bajón en los que piensas en tirar la toalla y lo único que quieres es volver a casa. Después también hay noches sin dormir, en las que por mucho que quieres, no puedes parar de pensar "¿se habrán olvidado de mí? ¿qué pasará cuando vuelva? ¿seguirán estando a mi lado?" o "Ahí ya es de día, ¿qué estarán haciendo? ¿se acuerdan de mí al escuchar esa canción que solíamos cantar juntos?". Al igual que hay miles de momentos increíbles en los que piensas que ser estudiante de intercambio es asombroso y te alegras de serlo, hay veces que piensas por qué te habrá dado por irte al otro lado del océano lejos de todo lo que conoces y empezar (casi) de cero en un sitio completamente nuevo. Después hay cosas que también son difíciles y es respecto a la cultura. Yo llevó aquí ya cuatro meses y voy conociendo la forma de pensar y de actuar de los americanos pero hay que decir que son un mundo aparte, otra razón por la que veis que mucho tiempo lo paso con Emilia, ya que al ser de Europa, aunque tengamos cosas diferentes, en otras muchas nos entendemos a la perfección. También, para que veais que no es todo tan fácil, quiero que sepáis que Beatriz, ha decidido que en dos semanas de va de vuelta a Brasil. Otra amiga mía que se llama Tanha, incluso no va a esperar ni dos semanas. Me voy a arriesgar y decir que ahora mismo estará de camino a Bangladesh. Ahora mismo soy la única de mi organización que sigue en esta ciudad y, aún estando orgullosa de seguir aquí teniendo en cuenta las dificultades, hace ver que esto no es un paraíso, ni es tal y como las series y películas de Hollywood lo pintan. Por lo que, en conclusión: estar aquí está siendo bueno para mí porque gracias a esto, soy bastante más independiente de lo que era antes y me ayuda a madurar, pero no es un cuento de hadas. Dicho todo eso, ¡espero que tengáis un muy buen fin de semana!