lunes, 27 de octubre de 2014

Semana anterior y Fall Break

En la semana del 13 de octubre no sucedieron muchas cosas aunque sí una muy importante, al menos para mí: fue el último partido de fútbol americano. En esos partidos conoces a gente nueva, te haces más amiga de la gente a la que ya conoces, cantas, bailas, gritas... Normalmente haces todo menos ver el partido, pero es divertido y el espíritu que hay del colegio y del equipo es increíble. Y justo con lo que me refería de conocer a muchas más personas en ellos es, por ejemplo, en este último la mayoría de mis amigos ya estaban de vacaciones y se habían ido el jueves o el viernes por la mañana. Quedaba poca gente y decidir y con Becca y sus amigas (diversión asegurada) a cenar primero y más tarde al partido. Fuimos a cenar a un sitio en el que te sirven todo con donuts o bagels. Yo, comí un sandwich de macarrones con queso. Suena raro, lo sé, pero no estaba mal (del todo). 

Después de cenar fuimos directas al partido Becca, sus amigas (Maddie, Shanzé, Julia y Anna). Llegamos cuando ya había empezado pero lo bueno es que íbamos ganando y las gradas estaban llenas de gente. Ese partido, con el tema "pink out" (en el que te vistes todo de rosa y es por el motivo del cáncer de mama) fue una victoria absoluta, lo cual, hizo que que fuera el último partido algo memorable. Aquí os dejo algunas fotos.


Anna, Shanzé, Maddie, Julia y yo (de izquierda a derecha y arriba a abajo)


"Ups, perdedores"





Becca y yo



A la mañana siguiente, tuve que levantarme sobre las 6:15 de la mañana para estar lista y salir hacia Washington DC a las 7. Fue un viaje agotador y nos tomó todo el día llegar allí. El viaje fue aproximadamente sobre unas 11 horas y cuando llegamos tan sólo quería tirarme en la cama.

El domingo comenzó la aventura en esa gran ciudad, capital de los Estados Unidos de América. Hicimos millones de cosas entre las que están ver el Capitolio por fuera, el Jardín Botánico Nacional y el National Air and Space Museum, parte del Smithsonian, que es un conjunto de museos situados todos al lado del capitolio haciendo como una especie de plaza.








Esa noche fuimos a cenar a un sitio que se llama Belga Café, y como el mismo nombre dice, es de comida belga. Yo me comí un buen trozo de ternera, que bien que se echa de menos. Entre todo eso caminamos a lo mejor 20 km y es sin exagerar, así que imaginad lo bien que dormí esa noche.

El día siguiente, lunes, fuimos a la Librería del Congreso y la verdad es que me impresionó. Es un sitio donde hay millones de archivos entre los que están los libros más importantes, mapas... De todo. Aparte de todo eso, es un sitio precioso. Tiene muchísimas estatuas y pinturas increíbles. En realidad, no se puede describir con palabras así que en las fotos podréis ver al menos un poco de lo que hablo.











Ese mismo día estuvimos dentro del Washington Monument, un edificio bastante alto y desde el que puedes ver muchos lugares de la ciudad claramente y tiene vistas preciosas. 





Al fondo de la foto está el Washington Monument
Ese mismo día fuimos a otros dos lugares: al Museo de Historia Americana y a una galería de arte. También, en vez de comer en un restaurante por la ciudad, lo que hicimos fue coger comida en un sitio de comida rápida (pero más o menos sana) y hacer un picnic en unos jardines llenas de esculturas gigantes hechas con mil cosas y materiales diferentes pero, definitivamente, ésta fue la que más me gustó.



El martes 21 lo primero que hicimos fue ir a la Casa Blanca. Después de pasar tres controles de seguridad y sin que me detuvieran, entramos al interior de ella. Es enorme y muy bonita. En cada sala tienes pequeñas explicaciones de lo que se hace en ella y un agente del servicio secreto que está para vigilar que todo vaya bien pero al que también le puedes preguntar información sobre la sala en la que está y te dirá todo lo que sepa. Pondría fotos para que pudierais verla bien pero, por desgracia, no estaba permitido hacerlas así que de lo único que tengo fotos es de un poco del exterior.




Después de aquello, fuimos a una parte de la ciudad llamada Georgetown y que es donde la mayoría de gente rica y los estudiantes de la universidad, con el mismo nombre, viven. Exploramos esa parte un poco y subimos a ver la universidad por dentro. Es antigua, bastante, lo cual le hace tener un encanto especial y hay algo en ella que te atrae. 




Más tarde, fuimos a comer a una hamburguesería que era genial. Todo estaba riquísimo y poco más y mi barriga explota, pero después de toda la energía que estaba gastando esos días en caminar, me venía más que bien. Y aún después de eso fuimos a una tienda de cupcakes muy famosa en EEUU y por fin entiendo por qué lo era: tiene hasta su propio programa de televisión. 

Más tarde, cogimos el coche (ese día era como llegábamos a los lugares, o a algunos, porque la casa en la que dormíamos estaba demasiado lejos de ellos) y volvimos al centro de la ciudad. Esta vez aparcamos al lado del río y fuimos a ver los monumentos de Lincoln, Jefferson, el monumento a los difuntos en la guerra de Vietnam, otro monumento dedicado a Martin Luther King Jr, y miles de monumentos más.


Lincoln Monument


Lincoln Monument

Miércoles 22: este día fue uno de los días lluviosos así que tocó hacer algo un poco diferente ya que ya habíamos visto muchos monumentos. Pasamos la mañana en casa vagueando y durmiendo, algo que agradecí, y después, por la tarde, lo primero que hicimos fue ir al Museo de Historia Natural y vimos algunas exposiciones mientras esperábamos a que empezase nuestra película (la cual fue muy interesante y lo mejor de todo era que estaba en 3D y era muy gracioso ver como mi hermana intentaba tocar las cosas). Allí también vimos insectos y el diamante azul más grande del mundo (id anotando ideas para mi próximo cumple ;))))))))))))) 




La verdad es que teniendo en cuenta todo lo que hice es difícil acordarse de todo y menos en el orden... Lo único que sé es que hicimos mil cosas! Ah, y también fuimos al American Indian Museum y vimos un espectáculo de baile y comimos allí. Lo mejor de todo fue que pude comer paella (nada que ver con la de la abuela pero algo es algo) y que estaba en la sección de comida del sur de América. Después, todos los que hablan español en Washington, cuando iban a pedirme algo o hablarme lo hacían en inglés así que ni con los hispanohablantes puedo practicar español ya :(.

El 23, jueves, fuimos por la mañana ya bien pronto al Capitolio, sólo que esta vez lo visitamos por dentro, y tuvimos nuestro propio guía, porque Robyn conoce a gente en la oficina del senado de California que está al lado del Capitolio y una persona que trabaja ahí fue la que nos hizo el tour. Y además. en vez de tener que volver todo por fuera del edificio, nos llevó por unos túneles subterráneos que están cerrados al público y son para ir desde las oficinas al Capitolio. Eso estuvo genial. Después, estuvimos dentro del edificio, también precioso y con mil decoraciones increíbles. Yo creo que si no estuvimos en todas las salas del senado pues estuvimos en casi todas. También, gracias a ese guía, pudimos entrar en la sala propia del senado donde se realizan las votaciones y cosas del estilo, pero no por donde todo el mundo está (balcones de arriba), sino que pudimos sentarnos en las sillas de los senadores y de todo. Fue genial. Lo malo, es que ahí dentro de esa sala tampoco pudimos sacar fotos ni tan siquiera entrar con móvil. 




El jueves por la noche fue el cumpleaños de Michelle, una amiga de mis padres, y nos alojábamos en su casa toda esa semana así que tocó celebrarlo y lo pasamos muy bien.

El viernes, tuvimos que despertarnos pronto de nuevo porque ya nos íbamos de la capital y tocaba emprender el viaje de vuelta a Indiana. Estuvimos unas 3 horas o así en el coche y llegamos a Monticello, un lugar en el Estado de Virginia en el que está la casa de Thomas Jefferson. Está en un lugar alto en la montaña y con todos los colores del otoño es un sitio que mereció la pena visitar. Y, cómo no, dentro de la casa pues tampoco pude hacer fotos pero sí fuera, y eso lo aproveché, ya que tuvimos un tour de los jardines de la casa y cuando acabó, casi obligué a Alex a que me sacara fotos pero bueno, que algo de trabajo forzado de vez en cuando no hace daño a nadie eh.











viernes, 10 de octubre de 2014

De los 15 a los 16

Durante estos últimos 10 días han pasado miles de cosas diferentes, con gente de siempre, con gente nueva... (por cierto, me he ido dando cuenta de que Emilia, Beatriz y yo somos como un paquete, ¡vamos juntas a todos los sitios!) y aún hay muchas más por venir. 
El viernes, 26 de septiembre, fui a casa de Emilia con Beatriz, Laura y un chico que no me acuerdo como se llama (los dos colombianos, y sí, me siento mal por no acordarme del nombre del pobre...) y pasamos allí unas cuantas horas haciendo lo que hacen muchos americanos en otoño: salir al patio de detrás de la casa (la suya, con un lago detrás, hacer una hoguera y, en ella, hacer la cena (perritos calientes) y s'mores (marshmallows derretidos al fuego, que son como una especie de nubes pero miles de millones de veces mejor, entre galletas y con chocolate por encima del marshmallow y debajo de la galleta de arriba y, el chocolate, por el calor, también derretido) que, por cierto, todo el mundo debería probarlos al menos una vez antes de morir. 

s'more 


Después de pasar un buen rato en la hoguera entramos a su casa y jugamos al Just Dance. Pero no jugamos solo nosotros, las madres también se unieron y fue divertido no, lo siguiente.

El sábado, Robyn (mi madre aquí en Zionsville, para los que no os acordéis) y yo fuimos a comprar el vestido y los zapatos para el sábado siguiente porque tendría el baile de bienvenida, llamado Homecoming. Compré un vestido blanco y negro precioso pero, en menos de una hora acabé devolviéndolo porque Grace me dejaría uno y eso de gastarme 75 dólares en un vestido que sólo me pondría esa noche, pues mmmm no. Así que salí del centro comercial con unos tacones altísimos y una bolsa de palomitas. Yo, saliendo de un sitio con comida, ¡qué raro!

El domingo, tocó hacer deberes y, por la noche, mi familia y yo fuimos al Youth Group de la iglesia (un grupo para los chicos y chicas desde lo que sería primero de ESO hasta segundo de bachillerato) porque cada semana, una familia diferente lleva la cena y, ésta, le tocó a la mía. Hicimos patatas asadas con bacon, carne, queso... Y después Alex se quedó, pero yo me fui con mi familia a casa a descansar con ellos.

El lunes, empezó lo que se llama Spirit Week y ya os expliqué hace un tiempo. Este era el cartel de esta semana:



El lunes podías ir con pijama a clase, el martes vestido de turista sin gusto, el miércoles con el color de tu clase (Freshmen de morado, sophomores de rojo, juniors de azul y seniors de verde), el jueves con espíritu deportivo y el viernes todo de negro, de arriba a abajo.


Lunes

Martes


No hay foto del miércoles pero tampoco os perdéis nada. Lo que sí os perdisteis fue la victoria de las seniors entre las que estaba yo, en el torneo de powder puff. Después de jugar varios partidos, conseguimos ganar a todas y la verdad es que lo mejor no fue jugar contra todas esas chicas, sino conocer a muchísima más gente. Fue una experiencia increíble y bueno, nuestras eternas enemigas, las freshmen, pues quedaron en ridículo:). Además, aparte de todo eso, conseguí llevarme el balón del partido de recuerdo a casa.


Kayley, Beatriz, Emilia y yo








Ganadoras

Jueves (camiseta de España)

Y aquí os dejo una foto del viernes un poco mala pero así podéis ver que no soy la única friki que lo hace.



Viernes
El viernes a última hora, hubo lo que se llama pep rally. Todo el instituto se reúne en uno de los pabellones y los capitanes de los equipos de deportes animan a sus respectivos equipos junto con las animadoras y el grupo de baile. Hacen diferentes juegos y la mascota hace bailes y cosas raras, pero bueno, que fue una buena motivación para el partido de la noche. 



Esa misma noche fui al partido de Homecoming en el que el tema era "black out", o sea, todos vestidos de negro de la cabeza a los pies, y así fuimos. Hacía frío no, estábamos congelados, todos pegados, intentando no morirnos de frío, y por lo que parece, conseguí sobrevivir. Fue un gran partido: ganamos, lo pasé genial y saltamos al campo justo cuando acabó.



Kayley y yo






El sábado por fin llegó el día del baile de bienvenida (Homecoming) que fue genial. Bailamos durante horas, conocimos a más gente aún y bueno, fue una experiencia más que resultó encantarme. La verdad es que la mayoría de la gente no bailaba, bien porque no les gusta (lo cual no entiendo, porque el baile es para bailar, creo) o porque les da vergüenza, así que unos amigos y yo fuimos haciendo una fila por todo el pabellón y bailando entre los grupos de gente que estaban de pie sin hacer nada y conseguimos que, durante dos minutos, bailase todo el mundo. 
Lo que me impactó fue que antes de entrar al baile, nos hicieron una prueba de alcoholismo, ya que aquí lo del alcohol se lo toman muy en serio y si bebes antes, no puedes entrar y tampoco lo había durante la fiesta. Aquí os dejo algunas fotos de esa noche.



Beatriz, Hunter, Emilia y yo


Michael (estudiante de intercambio de Alemania) y yo 



Foreign squad



Sarah y yo 

Emilia, Lil Tim (irónico porque es enorme) y yo 

Josh, Solphi (de coro) y yo



Natalie (precalc) y yo



Will y yo


Rachel y yo 


Las tres de siempre 


Un tío que no sé quién es, María, Emilia, Beatriz y yo 



Julia, Becca, Emilia, Beatriz y yo

El domingo, 5 de octubre, fue el día de mi decimosexto cumpleaños. Ese día, teniendo en cuenta todo el ajetreo del final de los 15, decidí que descansaría y me lo tomaría con calma ya que celebraré todo con mis amigas en unas semanas, después del Fall Break (una semana de vacaciones que tendré en justo una semana). Así que, básicamente, me pasé mi cumpleaños jugando con mis hermanos y tirada en la cama. Eso sí, más tarde, para cenar, vinieron los abuelos, unos tíos y unas primas a celebrar mi cumple conmigo. Hubo una cena genial, tarta de chocolate riquísima, helado, velas y, por supuesto, también hubieron regalos.






El lunes por la tarde, después del instituto, tuve una prueba de vestuario para el concierto de otoño que haría con el coro. Somos unos seis coros en total en el insti así que imaginad la de gente que había allí.

El martes por la tarde-noche, por fin cantamos e hicimos una actuación genial para el concierto (aunque esté mal que lo diga yo, es la verdad). Estábamos allí todos: chicos con su traje y corbata negros y chicas con los vestidos largos negros y moños. La verdad es que parecía de película. Y todo lo demás que estoy viviendo, pues también. Aún no me puedo creer que todo esto me esté pasando a mí. Que yo esté de verdad en los Estados Unidos, yendo a partidos de fútbol (americano), subiendo cada mañana en ese típico bus amarillo y comiendo en la cafetería. Es todo como un sueño. Y quitando algunas razones (más bien, algunas personas las cuales me encantaría que estuviesen conmigo), me encantaría que este sueño no acabase nunca. Y es que la vida aquí gira en torno al instituto ¡y es genial!. Sí, hay muchos deberes y pequeños exámenes (cuando lleguen los finales me muero), pero es más ameno, lo pasas mejor, no parece que estés en una cárcel, así resumiendo.

Ayer, miércoles, justo después de que acabasen las clases, fui a uno de los clubes en los que estoy llamado "Do Something". Es un club de voluntariado y en esa reunión hicimos más de 100 tarjetas de cumpleaños para niños sin hogar, lo cual me hizo sentir genial, porque al ir haciéndolas, te vas dando cuenta de que cuando las reciban les alegrarán el día, les harán felices, y también te das cuenta de la suerte que tienes de tener todo lo que hay en tu vida. 

Aquí, en los institutos, se lleva mucho lo de hacer clubes y clases de voluntariado. Sea del tipo que sea, y yo ya sé por qué. Eso es algo que me encantaría que estuviese más "de moda" en España. Y pongo, "de moda" porque ayudar a los demás no es una moda, es una iniciativa que todos deberíamos tomar al menos una vez en la vida.